Una
ideología es un sistema (que posee su lógica y rigor propios) de
representaciones (imágenes, mitos, ideas o conceptos según los casos) dotados
de una existencia y de un papel históricos en el seno de una sociedad dada.
En toda sociedad se observa la existencia de una actividad económica de base,
de una organización política y de formas “ideológicas" (religión, moral,
filosofía, etc.).
[...] La ideología es un sistema de representaciones, pero estas representaciones, la mayor parte del tiempo, no tienen nada que ver con la "conciencia”; son en general imágenes, a veces conceptos pero sobre todo se imponen como estructuras a la inmensa mayoría de los hombres, sin pasar por su "conciencia”. Son objetos culturales percibidos-aceptados-soportados que actúan funcionalmente sobre los hombres mediante un proceso que se les escapa.
La ideología concierne a la relación vivida de
los hombres con su mundo. En la ideología, los hombres expresan no su
relación con sus condiciones de existencia sino la manera que viven su relación
con sus condiciones de existencia: lo que supone a la vez una relación “real” y
una relación “vivida”, “imaginaria". La ideología es, por lo
tanto, la expresión de la relación de los hombres con su “mundo”, es decir, la
unidad (sobredeterminada) de su relación real y de su relación imaginaria con
sus condiciones de existencia reales. En la ideología, la relación real está
inevitablemente investida en la relación imaginaria: relación que expresa más
una voluntad (conservadora, conformista, reformista o revolucionaria), una
esperanza o una nostalgia, que la descripción de una realidad.
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